Mi campesina prodigiosa,
Mi pan silvestre, mi granero,
Mi zarzamora polvorienta,
Mi roble añoso, mi potrero,
Mis cinco puntos cardinales,
Mi rueda dura, mi larguero,
Mi perra choca, mi potranca,
Mi rayo dulce, mi aguacero,
Mi sed risueña, mi vertiente,
Mi leche blanda, mi sombrero.
Mi ciudadana rigurosa,
Mi pizarrón y mi escritura,
Mi abecedario, mi alfabeto,
Mi vocación y mi premura,
Mi libertad envenenada,
Mi aventuranza prematura,
Mi andar complejo, mi sombrita,
Mi vago duelo, mi costura,
Mi semejanza, mi distancia,
Mi compromiso y mi estatura.
Puesto que soy de tu madera
Y esta canción yo te debía
Quise escribirla en primavera
Que es cuando crezco madre mía.
Hay tanta cosa que contarte,
Hay tanto mundo que te debo,
Tanto clavel que fui a buscarte
Y tanta ortiga que te llevo.
Mi girasol invulnerable,
Mi libro claro, mi alimento,
Mi consistencia vespertina,
Mi aviesa lágrima, mi tiento,
Mi terremoto tremebundo,
Mi doble orgullo, mi contento,
Mi caminata solidaria,
Mi corazón sonoro y cruento,
Mi soledad y mi venganza,
Mi rebeldía y mi sustento.
Mi inolvidable pegajosa,
Mi educadora, mi tirana,
Mi complicada defensora,
Mi peligrosa cerbatana,
Mi singular aliada oculta,
Mi más sonada cortesana,
Mi amor secreto, mi escabrosa,
Mi devoción global, mi enana,
Mi protegida, mi conciencia,
Mi laboriosa, mi holgazana.
Hay tanta cosa que contarte,
Hay tanto mundo que te debo,
Tanto clavel que fui a buscarte
Y tanta ortiga que te llevo.
Puesto que soy de tu madera
Y esta canción yo te debía
Quise escribirla en primavera
Que es cuando crezco madre mía